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Cómo dejar de ser tan sensible – es hora de batallar con tus emociones

Un sabio filósofo hindú dijo una vez que estar bien adaptados a una sociedad profundamente enferma no es saludable.

Miras a tu alrededor y todas las personas parecen ser inmunes a un montón de cosas que a ti te descomponen emocionalmente y simplemente no te dejan vivir.

Con frecuencia te dicen que eres excesivamente sensible. Pero ¿alguna vez te has puesto a pensar que más bien son los demás quienes se han desensibilizado ante el mundo?

Quizá si todos fuéramos un poco más sensibles, el mundo entero sería un lugar mucho mejor. Pero por desgracia no podemos parar la inercia de los demás. Lo que sí podemos hacer es encontrar un equilibrio.

Aceptémoslo. Las burlas, las críticas y los insultos son parte cotidiana de nuestra vida.

Quizá en casa nos criaron en una burbuja de cristal emocional, pero es imposible evitarlos una vez que salimos al mundo real, como a la escuela, o al trabajo, por ejemplo.

En la jungla de asfalto sigue reinando la ley del más fuerte. Las personas se ponen a prueba todo el tiempo, de forma agresiva o cruel, para calarse unas a otras y ver “de qué están hechas”.

Nos guste o no, consideremos que es correcto o no, así son las cosas. Y lo peor que te puede pasar en un entorno hostil es ser demasiado sensible.

Porque, admitámoslo, no tener la capacidad de aguantar, ignorar o regresar algunas palabras, bromas o actitudes desagradables de los demás, aunque no vengan precisamente de una mala intención, nos pone en muchísima desventaja.

Las personas exageradamente sensibles a veces pierden la objetividad y no logran distinguir entre las hostilidades reales y las actitudes de compañerismo agresivo o simple sentido del humor.

Mucho menos, lidiar con ellas asertivamente.

Si al leer los párrafos anteriores te sentiste mal, ofendido o tuviste ganas de llorar o echarle la culpa a los demás, lamentamos decirte que es muy probable que seas demasiado sensible.

 

Una persona hipersensible generalmente termina al borde de las lágrimas, gritando o exagerando sus emociones siempre que se siente amenazada por algo o alguien.

A veces, las personas hipersensibles que exponen su vulnerabilidad en un grupo terminan siendo objeto de hostilidades muy reales y crueles solamente porque ya fueron etiquetadas como los individuos débiles de la manada.

La mayoría de los grupos sociales valoran las actitudes de competitividad agresiva y minimizan o desprecian a las personas que son muy sensibles como para evitar sentirse dañadas al respecto.

Quizá no de una manera consciente e individual, pero sí a nivel inconsciente y colectivo.

Pero en algo tienes razón: no tiene nada de malo ser sensible.

Ser una persona a la que no le guste la agresividad y que sea capaz de conectarse con sus emociones y dejarlas fluir no está mal. De hecho, los psicólogos opinan que una de cada cinco personas es así.

Simplemente no es muy asertivo demostrarlo en la mayoría de los círculos sociales.

Tener una “piel gruesa” emocional que permita que se nos resbalen todas esas cosas es parte importante de la inteligencia emocional. Algunos individuos nacen con ella, otros tenemos que desarrollarla, pero no es imposible.

En este artículo te daremos las claves que necesitas para dejar de ser tan sensible.

Lee nuestra guía sobre cómo dejar de ser la persona tóxica en tu vida

 

Características de las personas muy sensibles

1) Normalmente necesitan más tiempo que los demás para procesar la información social del medio.

2) Reaccionan de manera muy intensa y exagerada en un nivel emocional y físico.

3) Son extremadamente empáticos y reaccionan a las emociones de los demás como si fueran suyas.

4) Son hipersensibles a los estímulos más sutiles de rechazo o crítica.

Los psicólogos creen que podría existir una razón fisiológica por la cual las personas demasiado sensibles son así. Al parecer su sistema nervioso procesa la información de manera distinta.

Quizá alguna vez has visto que alguien pasa una vergüenza y comienzas a sentirte avergonzado tú también, incluso al grado de que te sonrojas y comienzas a sudar de las manos.

Este tipo de reacciones extremadamente empáticas son una característica importante de las personas hipersensibles.

No todo es malo cuando eres hipersensible. Existen algunos beneficios, como una gran capacidad para concertarse con las emociones de los demás y comprender sus sentimientos.

También puedes darte cuenta de que alguien está pasando un mal momento o escondiendo algo antes que los demás.

Sin embargo, esto muchas veces puede ser una desventaja.

¿Cómo “apagar” tu exceso de sensibilidad?

Cuando eres demasiado sensible, generalmente te concentras demasiado en información que realmente no debería importarte o que es irrelevante.

Alguien te dice de manera casual que no le gusta tu banda de música favorita, y no puedes evitar pensar en ello frecuentemente y sentirlo como una crítica personal.

Quizá aparezcan emociones intensas que te hagan desear “defenderte” con agresiones verbales o físicas, o simplemente quieras decirle a esa persona que es su banda favorita la que apesta.

Pero detengámonos un segundo a pensar con algo de objetividad: es muy probable que existan algunas personas en el mundo que odien a tu banda favorita. Pero eso no quiere decir que te odien a ti.

Además, y en un nivel mucho más importante ¿qué rayos te importa lo que esa persona opine sobre tu música?

¿Acaso esa persona es la encargada de elegir qué playlist escuchas?, ¿o de comprar las entradas de tus conciertos? No. Al final del día, lo que sea que opine, no es importante ni relevante en tu existencia.

La diferencia entre una persona demasiado sensible y otra que no lo es, es que, al día siguiente seguirá guardando resentimiento o se seguirá sintiendo mal por el comentario, y la otra ni siquiera se acordará.

Ser demasiado sensibles a veces puede ser como un agujero por el que se drena parte de la energía y la autoconfianza que necesitamos para alcanzar nuestras metas en la vida, porque te preocupa demasiado lo que los demás piensen.

No te sientes cómodo siendo tú mismo si alguna persona no se muestra enteramente conforme con eso.

Por desgracia es imposible que llegues a gustarle completamente al 100% de las personas.

¿Qué ventajas tiene dejar de ser tan sensible?

Si te das cuenta, las personas más exitosas en la vida normalmente tienen una piel emocional muy gruesa.

Es bastante difícil hacerlas sentir mal porque están tan comprometidas con ellas mismas que no importa lo que suceda a su alrededor, no se dejarán afectar, o al menos, no lo demostrarán abiertamente.

Hay muchas historias de gente que atravesó infancias y adolescencias muy trágicas y desarrolló una fortaleza que le permitió salir adelante e incluso destacar.

Algunas de ellas eran extremadamente sensibles. No es que dejaran de serlo, solamente que comenzaron a enfocar esa emocionalidad de manera objetiva, para perseguir sus sueños.

Es casi un requisito encontrar esta asertividad emocional para tener éxito en la vida, porque, irónicamente, mientras más éxito tiene uno, peores y más duras críticas recibe de los demás.

Vivir tu vida, en buena medida, significa que deje de importarte un comino lo que los demás opinen.

Hay momentos ideales para ser empáticos y sensitivos, pero hay muchos otros en los que lo mejor es hacer oídos sordos al mundo.

¿Cómo volverte más resistente a nivel emocional?

Vamos a darte siete estrategias muy útiles para que poco a poco comiences a volverte más resistente y deje de afectarte tanto todo.

Como con cualquier aprendizaje cognitivo, físico o emocional, implica compromiso de tu parte y verdaderas ganas de cambiar para bien.

Lee nuestra guía sobre cómo dejar de ser inseguro: 10 cosas que tienes que recordar

1.- Práctica el silencio

No tienes que responder a todo lo que las personas digan o hagan. La capacidad de comprender que algo no es lo bastante importante ni como para responder, es una de las características de las personas fuertes.

Simplemente dejan que las palabras de los demás se vayan con el viento y no les dedican ni un segundo de su tiempo.

2.- Aprende a lidiar con las críticas

Una excelente manera de aprender a lidiar con las críticas es comenzar a exponerte a ellas poco a poco y de manera progresiva y permitiendo que te afecten menos cada vez.

Para lograrlo, primero invita a las personas que sabes que te quieren y que no dirían nada para lastimarte a que te digan qué es lo que menos les gusta de ti.

Estas siempre serán críticas constructivas que además pueden ayudarte a ser una mejor persona.

Luego compara esas críticas con las que te hacen los demás, y te darás cuenta de que hay una gran diferencia entre una crítica desde el cariño y una desde el simple deseo de molestar.

Estas últimas son irrelevantes, así que no necesitas preocuparte por ellas.

3.- Sal de tu zona de confort

Trata de exponerte a cosas nuevas, aunque no te agraden o pienses que no te gustan. Las personas hipersensibles a veces son así porque no se han dado cuenta de que no pasa nada cuando salen un poco de la rutina.

No se trata de que te mudes de ciudad o renuncies a tu trabajo mañana.

Cosas tan simples como ver una película de un género distinto al que estás acostumbrado, escuchar otro tipo de música o permitirte escuchar los argumentos de los demás, te dan una perspectiva distinta de la vida.

Cuando hacemos cosas nuevas, aprendemos a abrazar la diversidad como parte de neutra vida. Así, nos sentimos más seguros de nosotros mismos y dejamos de sentir todo como un ataque a nivel personal.

4.- Presta atención a las cosas que te ofenden

Cuando sientes que algo te lastima, ofende o entristece, antes de darle rienda suelta a esa emoción ponte a pensar si es algo que verdaderamente te afecta.

Es perfectamente natural enojarnos por que alguien usó nuestro lugar de estacionamiento, porque nos afecta. Pero sentirnos miserables porque alguien olvidó saludarnos en la oficina es poco práctico.

Quizá si analizas las cosas que más te molestan, puedas encontrar un patrón que te permita determinar cuál es la emoción verdadera que está causando todas esas explosiones negativas.

5.- Evita sobre analizar las cosas

Las personas hipersensibles con frecuencia sobre analizan todo lo que pasa a su alrededor.

Esto provoca que conviertan una situación completamente irrelevante y que no tiene nada qué ver con ellos en una tragedia personal.

A veces, aunque te desgastes el cerebro preguntándote qué llevo a otra persona a actuar o decir tal o cual cosa, en realidad no te aportaría nada llegar a la conclusión correcta. Así que ¿para qué molestarse?

Si Perenganita no te saludó en la oficina, no interpretes que está confabulando con el resto de tus colegas para que te despidan.

6.- Confía más en ti mismo

No necesitas buscar la aprobación de las personas todo el tiempo. Recuerda que la única opinión que realmente importa es la tuya.

Puedes tomar consejos y críticas constructivas de las personas que verdaderamente te conocen y te quieren. Pero si alguien que no es importante te dice que haces algo mal ¿por qué tendrías que darle crédito?

Las personas hacemos juicios equívocos sobre los demás todo el tiempo. Incluso es probable que tú los hagas con frecuencia.

La diferencia es que a ti te afectan y los demás lo toman por lo que son: opiniones aleatorias sin fundamento.

7.- Resalta lo bueno, no lo malo

Las personas no son completamente buenas ni completamente malas.

Todos tenemos un burlón cretino dentro, pero también un ser amable y generoso.  Todos decidimos a qué parte de nosotros vamos a dejar conducir más momentos de nuestras vidas.

Si las personas a tu alrededor están dejando que su cretino interior lleve todas sus acciones y comentarios, ese no es tu problema. Mal por ellas.

Si casualmente dejan salir al ser generoso y amable que hay en su interior, salúdalas con una sonrisa y déjales claro que mientras ellos sean así, tú serás recíproco.

No está mal que seas una persona sensible. De hecho, la humanidad ha logrado grandes cosas con el impulso de una sola persona que se decidió a dejar de ser insensible a los demás.

Pero esa sensibilidad debe de ser un motor para que alcances tus objetivos, y debe guiar tus convicciones, no controlar tus reacciones emocionales.

 

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Written by Assul García

Psicóloga graduada de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se ha especializado en la divulgación en línea de temas de salud y problemas psicológicos. Linkedin

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