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Cuando tú eres la persona tóxica en tu vida, y cómo cambiarlo

Seguramente has escuchado cientos de veces que necesitas eliminar a las personas tóxicas de tu entorno. Es verdad, es una práctica necesaria si quieres crear abundancia y felicidad en tu vida.

Las personas tóxicas drenan todos tus recursos emocionales porque tienen un problema para cada solución.

Se meten en tu vida con críticas nada constructivas o succionan tu tiempo y tu atención por que no quieren valerse por sí mismas.

A veces es muy difícil romper con una persona tóxica, sobre todo cuando se trata de una pareja o un familiar cercano.

Pero ¿qué sucede cuando te das cuenta de que la persona tóxica en tu vida eres precisamente tú?

¿Cómo te das cuenta de que eres una persona tóxica?

No es fácil. Por lo general las personas se dan cuenta de que son tóxicas hasta que ya alcanzaron un nivel de toxicidad peligroso para ellas y para los demás.

Normalmente estas son algunas de las características de las personas tóxicas:

1. Piensan que los problemas siempre son culpa de alguien más

2. Siempre critican y nunca proponen soluciones

3. Les gusta participar en chismes y hablar mal de las personas

4. Son intolerantes a la frustración

5. Hacen mucho más grandes los problemas

6. Son chantajistas

7. Arrastran a los demás hacia conductas auto-destructivas

8. Se aprovechan de los demás

Si cumples con uno o varios de los requisitos que acabamos de listar, lamentamos decirte que definitivamente eres una persona tóxica en mayor o menor grado. Pero no te preocupes, tiene solución.

Lee nuestra guía sobre por qué no le gustas a nadie: Las 16 razones más comunes

¿Cómo dejar de ser una persona tóxica?

Hay muchas estrategias que puedes poner en marcha para dejar de ser una persona tóxica.

Pero lo primero y más importante es que aceptes que lo que te hace infeliz no son los demás, ni la mala suerte, ni una revancha mística del universo: eres tú mismo.

Es bastante duro reunir el valor para aceptar que somos nosotros mismos quienes hemos venido boicoteando nuestra felicidad.

Pero una vez que lo admites, tienes ganada la mitad de la batalla; la otra mitad es hacer algo al respecto.

Y esa es la mitad más difícil, de hecho. Dado que no puedes simplemente sacarte a ti mismo de tu vida como una persona tóxica más, tu única alternativa es sacar de tu vida todas las partes que te convierten en una persona así.

Cortar con unas tijeras de verdadero amor propio todas tus partes de amargura, pasivo agresividad, quejas, negatividad, criticas innecesarias, autocompasión, etc.  Es bastante doloroso, pero es necesario. Así que manos a la obra.

1.- Admite que tú eres el problema

Identificar tus propias conductas que no te están sirviendo y eliminarlas debe de ser tu meta a partir de este momento. Pero para lograrlo, primero tienes que aprender a reconocerlas y eso requiere una gran dosis de introspección y honestidad.

Necesitas comprender que vas a encontrarte con un montón de cosas sumamente desagradables en tu interior que no van a gustarte, y tienes que estar listo para enfrentarlas.

No descartamos que, al ser una persona tóxica, te hayas rodeado o hayas atraído a otras personas tóxicas.

Este también es el momento de cortarlas de tajo de tu vida, porque si te mantienes cerca de ellas no van a dejarte salir del circulo vicioso de tu mala actitud.

2.- Deja de ser pasivo agresivo

La pasivo agresividad es una conducta horrible y básicamente se puede resumir como aventar la piedra y esconder la mano.

Las acciones pasivo agresivas buscan lastimar, ofender o hacer sentir mal a alguien, pero de manera velada, o sea, que no impliquen confrontación ni agresión directa.

Decirle a tu pareja que “todo está bien” mientras encuentras cómo vengarte en cualquier pequeño detalle porque olvidó su aniversario, es pasivoagresividad.

Postear indirectas amargas en redes sociales esperando que el destinatario las comprenda, es pasivoagresividad.

Ejercer cualquier acción tangencial para disuadir a alguien de hacer algo que no queremos que haga es pasivoagresividad.

En síntesis: la pasivoagresividad son todas esas formas en las que expresas tu enojo o amargura sin hacerlo de frente y con ánimos conciliadores.

La próxima vez que sientas el impulso de ser pasivoagresivo y “castigar” a alguien con tu silencio o chantajearlo con un sufrimiento que acabas de inventarte, mejor opta por admitir cómo te sientes y decírselo de frente a esa persona.

Quizá sientas que el enojo que sientes no está justificado, y es justamente por eso que muchas personas sienten que no pueden expresarlo abiertamente. Pero si lo sientes, aunque no esté justificado, es preferible que lo expreses y le busques una solución realista.

3.- Hazte responsable de tus problemas

No. El universo no está en tu contra. Deja de señalar con el dedo a tus padres, a tu jefe, a tus compañeros o a tus hijos. El único responsable de tus problemas eres tú mismo.

Deja de hacerte la víctima, de culpar a los demás y de poner excusas. Algunas veces las circunstancias de la vida son difíciles, no lo negaremos. Pero siempre estará en tus manos poner la balanza a tu favor con algo de motivación y buena actitud.

4.- Deja de ser negativo

Tienes que romper tus hábitos negativos. Y no nos referimos solo a los hábitos manifiestos, como criticar a los demás o ser chismoso, nos referimos a la base de dichos hábitos, que está en tu cabeza y tus pensamientos.

La mejor manera de erradicar todos esos pensamientos negativos que te vuelven una persona tóxica es comenzar a practicar la gratitud. Concéntrate en todas las cosas buenas que hay en tu vida y no en las que no tienes.

Rodéate de personas positivas, esquiva la culpabilidad y la amargura, conviértete genuinamente en una persona más amable, sin importar que creas o no que los demás merecen esa amabilidad.

Es algo que estás haciendo por ti mismo. Deja ir, perdona y sigue adelante.

Aprender a valor todas las cosas buenas de nuestra vida, y a solucionar las malas en lugar de sólo quejarnos es bastante más fácil de decir que de hacer, pero no puedes usar eso como una excusa.

Mantente alerta de tus propios sabotajes y sustitúyelos por pensamientos amables.

 

5.- Deja de quejarte

Quejarse a los cuatro vientos de algo que nos molesta puede ser muy liberador. Pero si no solucionamos el problema, en cuestión de poco tiempo volveremos a tener la necesidad de quejarnos, sin realmente llegar a nada.

Siempre que te descubras a ti mismo quejándote de algo, hazte estas tres preguntas:

¿Realmente es un problema, o sólo me molesta por que soy intolerante con los demás?

¿Estoy haciendo algo para solucionar eso que me molesta?

¿Qué puedo hacer yo para solucionar esta situación?

Las quejas constantes solo te llevan a ti y a los demás a la amargura. Así que mejor toma las cosas de una forma más positiva, o enfoca todas tus energías en solucionar en lugar de sólo denunciar.

 

6.- Recuerda que es un proceso continuo

Decidir no ser una persona tóxica es un proceso continuo.

Al principio será más complicado porque tienes que aprender a detectar y reconocer tus actitudes negativas, pero después se convertirá en algo que harás como parte de tu rutina.

Eso sí, no bajes la guardia. La gente se vuelve tóxica con mucha más facilidad de la que crees.

Así que mantén esa vigilancia emocional alta y nunca dejes de darle mantenimiento a tu alma con amabilidad y amor propio.

 

¿Te gustó este artículo? Espero que te sea de ayuda y por favor no te olvides de compartir en los comentarios cualquier información que sea relevante o que nos ayude a mejorar nuestro contenido. 🙂

 

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Written by Assul García

Psicóloga graduada de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se ha especializado en la divulgación en línea de temas de salud y problemas psicológicos. Linkedin

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