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Cómo dejar de ser codependiente en 5 pasos: fácil y rápido

¿Sabías que la mayoría de las personas codependientes nunca se dan cuenta que lo son?

Así es. La codependencia muchas veces es una dinámica que empieza de manera tan sutil que arrastra a dos personas a una de las formas más tóxicas de relacionarse sin que estas se hagan conscientes en ningún momento que tienen un problema.

Si estás leyendo este artículo, es porque tú ya te diste cuenta que algo anda mal y sospechas que podría tratarse de codependencia.

Quizá no tienes muy claro qué es, pero sí sabes que necesitas cambiar urgentemente, antes que algo grave ocurra.

En esta guía vamos a darte las claves más importantes para que te recuperes a ti mismo y puedas superar la codependencia, pero empecemos por el principio:

¿Qué es la codependencia?

La codependencia es un tipo de dinámica particular entre dos o más personas.

A veces decimos que alguien tiene una “codependencia” al alcohol o a las drogas, sin embargo, esto no es correcto. Cuando la necesidad es de una sola vía, ya sea de sustancias, cosas o personas, le decimos dependencia a secas.

En cambio, en la codependencia, dos individuos establecen una relación en la cual progresivamente el vínculo se va volviendo más importante que las personas implicadas, que comienzan a sacrificar partes importantes de sí mismas por la relación.

Cada uno de los integrantes puede tomar un rol diferente. Entre los más comunes se encuentran el del protector y el indefenso, la víctima y el victimario, el controlador y el sumiso, etc.

Aunque no es poco raro que estos roles se intercambien con frecuencia.

Lo que tienen de común todas las relaciones codependientes, es que no importa quién esté tomando qué papel, ambas partes ven seriamente limitado su crecimiento como seres humanos.

Aunque casi siempre van de la mano, vale la pena detenernos un minuto a revisar las diferencias entre una personalidad codependiente y una relación codependiente:

Personalidad codependiente vs relación codependiente

Un individuo con personalidad codependiente será propenso a buscar y establecer relaciones codependientes.

O sea, se sentirá más cómodo en una dinámica familiar o de pareja en la que tenga la posibilidad de tomar un papel simbiótico estrechamente vinculado con las decisiones de vida del otro.

Quienes tienen una personalidad codependiente, por regla general, no cultivan mucho sus propios intereses ni persiguen sus propias metas, porque siempre están enfocando toda su energía en construir relaciones parasitarias y miméticas a nivel emocional con los demás.

Los logros de las personas codependientes tienen qué ver con lo que han hecho por otros. Ya sea dedicarse devotamente a sus padres, parejas o hijos.

Las relaciones codependientes, en cambio, no necesariamente se dan entre dos individuos de personalidad codependiente.

Con mucha frecuencia se da el caso que una persona codependiente arrastra a su dinámica a una que originalmente no lo era, e incluso, que dos personas no codependientes terminen estableciendo una relación que sí lo es.

Como puedes ver, si eres de personalidad codependiente, te costará mucho trabajo establecer relaciones sanas si no haces algo por cambiar eso.

Y aunque no seas de personalidad codependiente, existe el riesgo latente que termines en una relación así, por lo cual es importante que siempre estés pendiente de las señales de alerta.

Lee nuestra guía sobre las 13 signos de que eres una persona emocionalmente inestable

Señales de codependencia

Tiene cierta utilidad aprender a determinar si la codependencia viene de una inclinación natural de nuestra personalidad, o si se trata más bien de una cuestión circunstancial.

Por lo que dividiremos las señales de alerta en aquellas que se expresan en una persona y aquellas que aparecen en el marco de una relación.

1) En las personas

a. Existe una exagerada necesidad de complacer a los demás

b. Sus acciones siempre vienen determinadas por la aprobación que causarán o no en otra persona

c. Sus sentimientos siempre dependen de las actitudes de los demás

d. Buscan relaciones en las que puedan controlar, o permiten fácilmente que les controlen

e. Tienen una excesiva necesidad de atención

f. Se enfocan en una sola relación y no le dan importancia a nutrir su círculo social

g. Su bienestar emocional depende de la cercanía con alguien más, aunque la relación sea difícil o violenta.

2) En las relaciones

1. Ambas partes pierden gran parte de su autonomía en pro de mantener la relación

2. Se vuelven el centro de la existencia del otro

3. Cualquier muestra de individualidad es percibida como un peligro

4. La dinámica está marcada por amenazas y chantajes

5. Es común que haya una víctima “oficial” y un victimario “oficial”

6. Desde su rol, ambas partes encuentran la forma de hacerle daño a la otra

7. Su bienestar emocional depende de la cercanía mutua, aunque peleen o se lastimen todo el tiempo.

Sin importar que la codependencia anide en la relación o en tu personalidad, es momento que tomes acción al respecto y dejes de permitir que controle tu vida, porque no va a llevarte a nada bueno.

¿Por qué es importante que dejes de ser codependiente?

No necesitamos aclarar que la codependencia no es una dinámica saludable.

El hecho que dos personas sacrifiquen pedazos de sí mismas para darle gusto, controlar o retener a la otra, provoca que ninguna de las dos se desarrolle como ser humano integral.

Una relación afectiva, de la clase que sea, debe tener entre sus finalidades principales fomentar el crecimiento y la realización mutuas.

En el caso de las relaciones codependientes, el objetivo no es la felicidad, sino conservar la relación a como dé lugar, y mientras más dependan el uno del otro, más difícil de romper se vuelve ese vínculo, aunque sea tóxico.

Entonces, las relaciones codependientes tienen dos características inamovibles: son negativas y son muy difíciles de superar.

Por eso, cada día que dejes pasar en una relación codependiente sin hacer nada al respecto, será más y más difícil que puedas cambiar las cosas.

Aceptando la codependencia

El primer paso para dejar de ser codependiente es aceptar que lo somos.

Por desgracia, la mayoría de las personas entrevén el problema solamente cuando existe algún conflicto grave de por medio, pero lo olvidan cuando las cosas regresan “a la normalidad”.

Para decirlo en otras palabras, quizá hoy estás leyendo esto porque tuviste una gran pelea con tu pareja por una causa evidente de codependencia.

Y justo ahora, estás pensando “creo que sí tenemos un problema grave”.

Pero si mañana se reconcilian y vuelven a la misma dinámica, quizá olvides el tema y hagas como que nunca leíste este artículo.

Así pues, cuando decimos “aceptar”, nos referimos a una aceptación que te permita ver el panorama completo de tu relación, y no solo hacer algo de catarsis en un momento de crisis.

Si tienes una relación codependiente, no es algo que vayas a solucionar de la noche a la mañana.

Necesitas hacer un compromiso real contigo mismo. Como cuando dejas de fumar o de beber. Y evitar caer en lo mismo una vez que vuelves a entrar en tu zona de confort.

1.- Toma responsabilidad sobre ti mismo

La codependencia, irónicamente, es algo que únicamente se puede superar actuando de forma que en una relación de este tipo se consideraría egoísta.

Puede que tu pareja también esté consciente que la dinámica no es saludable y esté dispuesta a cambiar, pero por desgracia el común denominador es que una de las partes intenta dejar la codependencia y la otra arrastrarla de vuelta a ella.

Tomar responsabilidad sobre uno mismo es muy complicado en estos caos por que ya estamos programados para sentir culpa ante cualquier pequeño impulso de autonomía.

El panorama de romper de tajo con lo que nos vincula tan estrechamente a otro, puede incluso paralizarnos de remordimiento.

Pero aquí hay un ejercicio bastante útil para que te motives a hacerlo:

2.- Proyecta la relación a futuro en su estado actual

Imagínate la relación en la que estás, pero dentro de cinco años. Considera que las cosas no van a cambiar mágicamente y no van a dejar de ser codependientes un día solamente por que sí.

Todo lo contrario. Lo más probable es que lo lleven hasta las últimas consecuencias.

Así que piensa en cómo te sientes de mal ahora y multiplícalo por cinco. Piensa también en todas las partes de ti mismo que sacrificarás en el camino y en lo poco que quedará de ti para ese momento.

Ahora, piensa que, si en este momento te parece difícil salir de tu relación codependiente, dentro de cinco años quizá te parezca virtualmente imposible.

¿Necesitas más argumentos?

3.- ¿Se puede salvar la relación?

La típica fantasía de rescate emocional que aparece cuando nos damos cuenta que tenemos que dejar de ser codependientes es: «la relación puede salvarse y convertirse en algo más saludable«.

Desde ya te decimos que únicamente si AMBOS comprenden que están en una relación tóxica, y tienen un genuino deseo y voluntad que eso cambie, este panorama es viable.

Pero si la otra persona no quiere poner de su parte, y estás pensando que con tu gran esfuerzo podrás alterar la inercia codependiente de la relación, lamentamos informarte no solo que estás equivocado.

También, que esa fantasía particular de sacrificarte para que la relación deje de ser codependiente, ¡es codependencia!

4.- Anticipa lo que va a suceder

Es importante que estés preparado para las consecuencias que tus acciones van a traer.

Si intentas dejar de ser codependiente, la otra parte no va a quedarse de brazos cruzados. Va a reaccionar, y mucho.

Si vas a darte por vencido ante la primera amenaza o el primer intento de chantaje, jamás vas a salir de allí. ¡Tienes que ser fuerte!

Tener una convicción real como apoyo: necesitas tomar responsabilidad sobre ti mismo, recuperarte y perseguir tu propia felicidad. Porque nadie va a hacerlo por ti.

No. No eres desconsiderado. Ni egoísta. Ni vas a quedar solo y desamparado. Pero eso es lo que la otra persona intentará hacerte creer.

Es probable que incluso llegue al extremo de amenazar con el suicidio u otras cosas. Y de nuevo, no es tu culpa. Tú no orillaste a nada a nadie.

Cada uno debe ser responsable por sí mismo, y tú lo estás haciendo.

Lee nuestra guía sobre cómo dejar de ser la persona tóxica en tu vida

Dejar de ser codependiente en 5 pasos

Porque no puedes dejar de lado tus necesidades personales, tú también importas.

Cuando no te dejas arrastrar de vuelta a la dinámica de la codependencia, empiezas a ver con objetividad lo mal que estaban las cosas, y cada vez es más sencillo alejarse.

Para que puedas llegar a ese punto, vamos a darte cinco claves muy necesarias:

#1 Cambia el enfoque hacia ti mismo

Ya que estás consciente que lo primero que vas a encontrar es resistencia cuando intentes cambiar, tienes que aprender a confiar en tus propias emociones y convicciones.

Lo que la otra parte opine, exija o demande no es tu problema. Tienes que actuar por y para ti mismo.

Nadie, absolutamente nadie, por mucho que diga amarte, puede tomar decisiones por ti o hacerte sentir culpable cuando lo haces.

Intentará chantajearte y amenazarte, pero esa culpa y ese miedo que quiere que sientas no son justificados, y es responsabilidad del otro decidir si acepta la autonomía que necesitas o simplemente no puede tolerarla.

#2 Aprende a detectar el chantaje

El chantaje, la manipulación y la pasivo-agresividad van de la mano, y en las relaciones codependientes el esquema en el cual entran en acción está diseñado precisamente con base a tus debilidades emocionales.

Dicho de otra manera, una pareja codependiente sabe hacerte la mayor cantidad de daño posible con el mínimo esfuerzo, y con actitudes que ni siquiera pueden etiquetarse de agresivas o incorrectas, lo que te deja sin armas para defenderte.

O al menos eso es lo que siempre has creído, porque cuando logras identificar el chantaje como tal, tienes la posibilidad de rechazarlo.

Cuando el chantaje no funciona, casi siempre da pie a las amenazas, y las amenazas pueden dar paso a acciones destructivas o a nuevos periodos de chantaje.

Es una historia sin fin a menos que te determines a decir “NO”.

#3 Recupera tus intereses

Piensa en todas las cosas positivas que te gustaba hacer antes de establecer una relación codependiente, y que ya no haces más porque no le gustan a tu pareja.

Ten cuidado, porque a estas alturas incluso puedes llegar a pensar que dejaste de hacerlas porque tú tomaste la decisión o dejaron de gustarte de pronto.

Pero te estarías engañando. Decidiste dejar a un lado todo eso porque le diste más valor a la relación que a tu crecimiento personal.

Es momento de retomar sin pretextos todo lo que te hacía ser quien eras.

Claro, eso generará resistencia, pero para manejarlo, revisa de nuevo los puntos uno y dos.

#4 Amplía tu círculo social

En el mismo sentido que el punto anterior, ampliar tu círculo social y recuperar las amistades y relaciones que has dejado olvidadas por poner toda tu energía en una relación codependientes, es una de las formas de salir de ella.

Relacionarte con otros seres humanos de distintas maneras te hace ver con más objetividad todas las cosas tóxicas de tu relación.

Te ayuda a abrir los ojos, a dejar de justificar una dinámica nociva y a enriquecer la idea que tienes sobre ti mismo para no depender al 100% de una sola persona.

Lee nuestra guía sobre cómo hacer amigos y tener una vida social satisfactoria

#5 Persigue pequeñas metas

La codependencia nos lleva inevitablemente a la sensación de creer que sin la otra persona no somos nada.

Esa sensación parece confirmarse cuando dejamos de perseguir muchos de nuestros objetivos personales para salvaguardar la relación.

Para trascender ese sentimiento, necesitamos volver a tener pequeñas victorias y logros que nos ayuden a ir alcanzando algunos más grandes.

Presta mucha atención a todo lo que sí puedes hacer de forma autónoma y, parte de allí.

Tal vez te atrevas a cambiar de trabajo, a regresar al equipo de natación, a ir por primera vez a un círculo de lectura, etc..

Cada una de estas acciones te ayudan tanto a recuperarte a ti mismo, como también te demuestra que no necesitas de nadie más para sentirte feliz, pleno y realizado.

En conclusión

La codependencia es una de las dinámicas más difíciles de superar que existen.

No todas las relaciones sobreviven a ella. Muchas nunca la superan. Aunque en algunos casos, es posible que dos personas codependientes cambien la forma en la que se relacionan.

Sin importar si logras salvar o no la relación, parte importante del camino hacia la autonomía es darte cuenta que lo más importante eres TÚ.

Aprender que nadie hará por ti lo que tú debes hacer para ti mismo, y que debes confiar en lo que sientes y en lo que crees.

Superar la codependencia es necesario para crecer y desarrollarnos como seres humanos, a veces duele mucho, pero vale la pena.

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Written by Assul García

Psicóloga graduada de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se ha especializado en la divulgación en línea de temas de salud y problemas psicológicos. Linkedin

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